La realidad supera a la ficción, esto es lo que debió pensar el director Stuart Gordon ("Re-Animator"), al llevar al celuloide esta historia basada en hechos reales. Sólo comenzar, "Stuck" refleja la dura realidad de la vida, de una manera que pocas veces la he podido ver en un filme, reflejando fielmente la ardua vida laboral, la angustia que provoca el desempleo y la correspondiente oficina de empleo, la inseguridad o el egoísmo del ser humano. Es curioso como una historia bastante simple y realista, puede llegar a ser de lo más aterradora, en parte porque sus personajes son personas comunes, Brandi interpretada por Mena Suvari ("American Beauty"), es una chica aparentemente corriente, auxiliar de geriatría que a lo único que aspira es a llegar a ser jefa de enfermeras, por otro lado esta la excelente interpretación de Stephen Rea ("Juego de Lágrimas"), que da vida a Tom, un hombre que pierde su trabajo, su vivienda y hasta la dignidad, y que cuando parece que no le pueden ir peor las cosas, le atropellan.
Lo más perturbador es ver como una persona normal puede llegar a hacer cosas terribles por simple egoísmo (o miedo), convirtiéndose así en el más temible de los monstruos. Esta claro que el miedo puede llegar a hacernos tomar decisiones incoherentes, pero en esta ocasión resulta desesperante, pero no me extrañó que el filme estuviera basado en hechos reales, ya que el ser humano es capaz de esto y de mucho más, de ahí lo terrorífico de la película, ya que lo que le ocurre al pobre de Tom, nos podría ocurrir a cualquiera de nosotros.
"Stuck" es un film desesperante y cruel, que consiguen hacernos reflexionar sobre lo absurdo del comportamiento del ser humano, desde como la sociedad se basa en unas normas y procedimientos burocráticos llenos de desalmados funcionarios que no te atienden a no ser que rellenes un estúpido formulario, en el que te conviertes en un simple número a como una persona inmadura puede llegar a ser la persona más necia del mundo por el simple hecho de no complicarse la vida. Las actuaciones de Stephen Rea y de Mena Suvari son excelentes, consiguiendo que el espectador tenga los respectivos sentimientos con cada uno de ellos. Visualmente es tan cruda y real como su trama, transmitiendo un ambiente verdaderamente depresivo y cercano a la vida del día a día.
Conclusión, un thriller de suspense muy interesante y realmente cruel, basado en una historia real, y en el que Stuart Gordon ha sabido plasmar lo más bajo del ser humano, logrando transmitir los sentimientos de todos sus protagonistas. Una película con una trama bastante simple que acaba resultando intensa y terrorífica, la cual recomiendo. Como dato curioso, deciros que en la versión original, Jeffrey Combs el actor "fetiche" de Stuart Gordon, hace un cameo en forma de voz como un operador de emergencias telefónicas.
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