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Sunday, 15 November 2009

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El italiano Steffano Bessoni ha sido el encargado de engendrar esta criatura llamada "Imago Mortis" y ríete tú de aquel hijo bastardo de cien maniacos (Freddy Krueger para los amigos), por que la semilla para fecundar a este engendro, ha sido puesta a tres bandas, España, Italia e Irlanda, y como uno se puede imaginar, de semejante cocktel no podía salir nada bueno. Que decir del cine de terror español que no se haya dicho ya, pues de sobras son conocidos sus nocivos efectos para la salud (y me refiero al cine hecho íntegramente en territorio español y no ha producciones realizadas fuera como "Los Otros", "La Huerfana" o "Infectados"). Sobre el cine de terror italiano tampoco se pueden decir cosas mucho mejores, pues los tiempos de gloria del "Giallo" están ya harto olvidados (como atesoran de forma irrefutable los últimos trabajos de Argento, "Giallo" o "La Terza Madre") y encontrar una buena película de terror italiana es mas difícil que ver un programa cultural en telecinco. Sobre el cine irlandés... la única que me viene ahora a la cabeza es aquella tal "Cabeza de Muerte" y bueno, la experiencia no fue demasiado satisfactoria.


Con este panorama, ¿se podía esperar algo bueno de "Imago Mortis"? Obviamente no, y ahí está el resultado, sin duda alguna la peor película que he visto en este aun semi virginal 2010 (si bien es cierto que solo he visto un par), un intento de thriller de terror con ¿tintes sobrenaturales? (esto lo pongo en un dudoso interrogante, pues aun espero que alguien me lo explique), donde se mezcla de forma obtusa la alquimia, "Al salir de Clase" ("mítica" serie de telecinco, ahí ardan todos en el infierno...) y el giallo italiano cafre de peor calaña.
La historia de la que parte "Imago Mortis" no es para nada mala, todo lo contrario (siempre me ha fascinado el royo este de mezclar ciencia y ocultismo... vamos, la alquimia), así que cuando leí las primeras sinopsis que nos llegaron del filme, me interesé mucho por el proyecto. La película está basada en los experimentos (supuestamente reales) llevados a cabo en el siglo XVII por un tal Athanasius Kircher, obsesionado con la técnica de la tanatografía, la cual consistía en capturar las imágenes de la retina del ojo justo en el momento antes de la muerte y para lo cual utilizaba un aparato llamado tanatógrafo, creado para tal menester. Lamentablemente dicho aparatejo tenía algún que otro efecto secundario, como arrancarle los ojos al usuario, así que el señor Kircher se cargó a unos cuantos "colaboradores" durante sus investigaciones. Ya en la actualidad, nos ponemos en la piel de un joven estudiante de fotografía que por casualidades de la vida (o más bien dicho, por unas oportunas apariciones fantasmales) encuentra el aparato enterrado en el bosque, desencadenando una serie de acontecimientos que pondrán en peligro su vida y la de todos los estudiantes.

A pesar de esta interesante premisa, y tirando nuevamente de dichos populares, "aunque la mona se vista de seda, mona se queda", así que lejos de una propuesta a la altura de los propuesto, lo que vamos a encontrar aquí para hacernos una idea rápida, es una versión descafeinada de "Tesis" con retazos de "El Tuno Negro". Así que el desarrollo no tiene ningún secreto y se centra en la figura de Bruno, el estudiante que encuentra el aparato y su absurda investigación que le llevará a descubrir los oscuros secretos de una trama donde están involucrados desde estudiantes hasta el profesorado, todo ello mientras alguien se dedica a ir matando por ahí a diestro y siniestro. Vamos, un coñazo con todas las de la ley. Y es que si hay una palabra que define a la cinta de Bessoni, esa es "aburrimiento", sensación que solo aparcamos cuando somos invadidos por la mas absoluta de las vergüenzas ajenas cada vez que aparece en pantalla el señor Alberto Amarilla (quien interpreta a Bruno) deleitándonos con sus "grandes" dotes de actor y es que no se de quien será hijo este muchacho, pero sin ánimo de faltar el respeto, es de largo la actuación mas lamentable que he visto en una película española (y ya es decir mucho), pues parece sacado directamente de un episodio de "Barrio Sésamo" (con todos mis respetos para Espinete y compañía).

Tampoco es que el resto del reparto sea nada del otro jueves, de hecho se mueven en la mas absoluta mediocridad, pero claro, comparados con el señor Amarilla... y hablando del reparto, me gustaría lanzar una pregunta a los encargados de "casting" de este país, y es la siguiente: ¿por que extraño fenómeno paranormal (para-anormal) existe la imperiosa necesidad de "apadrinar" a la señorita Geraldine Chaplin en la gran mayoría de producciones?, por que tampoco creo que sea por sus dotes interpretativas. Supongo que también tiene que ser hija de alguien. De lo poco que se salva de la quema en este apartado, es el amigo Alex Angulo (por el que siento una especial simpatía), que interpretando al director del centro, ofrece los pocos momentos creíbles del filme (dentro de las posibilidades de credibilidad del mismo, claro). Como curiosidad decir que por exigencias del guión, el filme fue rodado íntegramente en ingles y doblado posteriormente encima por los mismos actores. El resultado es para que te pinchen y no te salga sangre.

A nivel visual es en el único punto donde realmente destaca la película, especialmente en las secuencias donde se recrea el siglo XVII, donde no se ha escatimado en detalles para ofrecernos una preciosa estética gótica con cierto regustillo a videoclip, además de una buena factura en los escasos efectos especiales que aparecen en la película (básicamente extracciones de ojos varias) una cuidada fotografía e incluso una lograda por momentos, atmósfera de cuento de hadas macabro, a la cual por cierto, no colabora demasiado la extraña banda sonora, mas propia de una película medieval de aventuras (no se por que me viene a la cabeza "El Secreto de la Pirámide") que de una de terror.

Conclusión, "Imago Mortis" es un "pequeño accidente" del nuevo "fantaterror" español (y aprovecho para recordar al recientemente fallecido y máximo exponente del género, Paul Naschy), el cual parece que poco a poco va levantando cabeza en estos últimos tiempos (véase cosas como "La Hora Fría", "Rec", "Rec2", "Los Cronocrímenes" o "Sexykiller"), y tiene que servir como toque de atención para que nadie se duerma en los laureles y que nuestro cine siga creciendo tal y como lo está haciendo día a día el fantástico en toda Europa. Por que "Imago Mortis" recupera los peores vicios del cine español de terror, es decir, limita todo el terror a las terroríficas actuaciones del reparto (lo de Amarilla tendría que estar penado con cárcel), un inicio prometedor que deriva en una historia desaprovechada y un desarrollo lleno de tópicos de herencia yankie, agujeros argumentales a mansalva (¿¿que coño pintan las apariciones espectrales??) y un desenlace tan ridículo como previsible. Solo recomendable a fanáticos de Geraldine Chaplin.

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