Recientemente están apareciendo muchos filmes provenientes del viejo continente que mezclan a partes iguales terror y comedia, esta tendencia puede verse en películas como "The Cottage" de Paul Andrew Williams o "Severance" de Christopher Smith, y esta coproducción a cuatro bandas que es "Botched" se mueve en estos baremos y es que su director Kit Ryan, nos ofrece una descabellada historia que desafortunadamente se le escapa de las manos en más de una ocasión, y que acaba pareciéndose más a un episodio de Benny Hill que a una película de terror.
La gran baza de "Botched", es el carisma de alguno de sus personajes, especialmente el secuaz ruso de Ritchie y el guardia de seguridad. Serán estos dos señores los que nos ofrecerán los momentos mas divertidos del filme y tapará,, de pasada, las limitaciones interpretativas del protagonista, encarnado en las carnes del lamentable Stephen Dorff, que no consigue salir airoso ni en un filme de estas características, porque Dorff es uno de esos tipos que jamás consigue transmitir al espectador ningún tipo de sensación mas allá que la de vergüenza ajena, y que ha basado su irregular carrera más, en su supuesto atractivo físico para quinceañeras, que en sus dotes interpretativas.
Así que con un protagonista totalmente inexpresivo y un argumento que se desinfla demasiado rápido, tan sólo las gracietas que nos iran salpicando de vez en cuando, y alguna que otra escena sangrienta, mantendrán intacto un mínimo de interés, lo que no evitará que de vez en cuando, flirteemos con el aburrimiento.Si tenemos que hablar del guión, será mejor no indagar más de lo necesario, pues la credibilidad de este, es como poco "cuestionable", ya que en ningún momento se nos da ningún tipo de explicación del "porque" de los hechos, lo que resulta tediosamente desconcertante.
Así pues, "Botched" es un producto que consigue llegar por los pelos al mínimo exigible para entretenernos durante hora y media (personalmente creo que con setenta minutos hubiese sido más que suficiente), donde seremos bombardeados con una sucesión de "sketches", unos más gracioso que otros, pero sin llegar a grandes cotas de diversión con ninguno de ellos, y las tres o cuatro escenitas subiditas de violencia que solemos ver es estas películas.
Un filme que gustará a los que disfruten con este tipo de comedias negras donde prima lo absurdo ante todo lo demás, pero que sin duda hará caer en la más absoluta de las desidias a los que busquen algo mínimamente serio, o que tengan un ápice de respeto por una de las figuras más importantes del folklore ruso, el gran "Ivan el terrible".
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